Las prótesis dentales híbridas sobre implantes representan una solución avanzada y versátil en el campo de la odontología restauradora, integrando estética y funcionalidad para pacientes con edentulismo parcial o total. Dentro de este ámbito, se distinguen predominantemente dos tipos principales: las prótesis híbridas fijas y las removibles, cada una con características específicas que las hacen idóneas para necesidades particulares.
Prótesis híbrida fija: Una estructura sofisticada que, generalmente fabricada en metal o cerámica, se fija de manera definitiva mediante tornillos o cemento dental a los implantes osteointegrados. Este tipo de prótesis proporciona una estabilidad excepcional y un desempeño funcional cercano al de la dentición natural. Su diseño minimiza la percepción del paciente de portar una prótesis, maximizando la comodidad psicológica y estética.
Prótesis híbrida removible: En contraste, esta variante incorpora una base metálica o acrílica que se ancla a los implantes mediante sistemas de conexión de alta precisión, como pilares tipo Locator o barras. Aunque ofrece una funcionalidad y estabilidad satisfactorias, requiere un protocolo de mantenimiento más riguroso y cuidados específicos por parte del paciente para prolongar su vida útil.
Primero que nada, se hace una revisión completa de cómo está la boca. Se checan los dientes, las encías y la mandíbula, porque si algo anda mal, hay que solucionarlo antes de seguir avanzando.
Aquí viene lo interesante. Se hace una cirugía para meter los implantes en el hueso, ya sea el maxilar o el de abajo, la mandíbula. Luego, hay que esperar a que el hueso y el implante se hagan amigos, en un proceso que llaman osteointegración, que suena muy técnico, pero básicamente es que se peguen bien.
Para que la prótesis quede perfecta, se hace un molde de la boca del paciente. Imagínate como hacer una copia de una llave, pero para tus dientes. Si no queda exacto, luego estás hablando raro o mordiendo mal.
Antes de que sea definitivo, se prueba la prótesis en la boca del paciente. Aquí es donde dicen: “A ver, abre, cierra, ¿cómo te sientes?” Si algo no encaja, pues se ajusta. Porque nadie quiere una sonrisa torcida o que no puedas morder un sándwich.
Finalmente, la prótesis híbrida se coloca y se fija, ya sea con tornillos o con cemento. No, no es el cemento de construcción, aunque suene igual. Se verifica que todo quede en su lugar y que al morder no parezca que estás chocando placas tectónicas. Y listo, sales con una sonrisa.
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