Fabricados con un material que imita el color de los dientes, son menos visibles que los metálicos. Suelen ser estéticos, pero pueden ser más frágiles y susceptibles a manchas.
Utilizan un sistema de clips en lugar de ligaduras elásticas para mantener el arco en su lugar. Esto reduce la fricción y puede hacer que el tratamiento sea más rápido y cómodo.
¿Qué es?
La mordida abierta se caracteriza por la falta de contacto entre los dientes superiores e inferiores al cerrar la boca, lo cual puede ser producto de una amalgama de factores. Entre los desencadenantes más comunes se encuentran los hábitos orales disfuncionales, como la succión digital o el empuje lingual persistente, así como predisposiciones genéticas que predisponen al paciente a este tipo de desarmonías oclusales.
¿Cómo ayudan los brackets?
Los brackets, aliados insustituibles de la ortodoncia moderna, ejercen fuerzas biomecánicas controladas a través de arcos metálicos y elastómeros. Este proceso estimula la remodelación ósea y dentaria, permitiendo que los dientes se reposicionen progresivamente hasta cerrar esos espacios “rebeldes” que dificultan la correcta oclusión.
¿Qué es?
La sobremordida —también denominada mordida profunda— es una anomalía oclusal en la que los dientes superiores cubren excesivamente a los inferiores al ocluir. Este fenómeno puede ser hereditario o estar asociado a hábitos disfuncionales como el bruxismo. No corregirlo podría implicar riesgos de desgaste dental o incluso disfunción temporomandibular.
¿Cómo ayudan los brackets?
Los brackets, mediante ajustes periódicos que redefinen las fuerzas ejercidas, posibilitan que los dientes se desplacen de forma gradual hacia posiciones más funcionales y estéticas. Este proceso, aunque requiere paciencia, es un ejemplo de cómo la ortodoncia transforma estructuras complejas con precisión milimétrica.
¿Qué es?
El apiñamiento dental, término que evoca una “fiesta no autorizada” dentro del arco dental, ocurre cuando los dientes, por falta de espacio, compiten por el protagonismo. Esto no solo compromete la estética, sino que también puede dificultar la higiene oral, favoreciendo la acumulación de placa y caries.
¿Cómo ayudan los brackets?
A través de un delicado “baile” de movimientos dentales, los brackets amplían paulatinamente el espacio disponible en la arcada. Este reordenamiento no solo mejora la apariencia de la sonrisa, sino que también restablece la funcionalidad, algo esencial para una masticación eficiente.
¿Qué es?
Los diastemas son esos “vacíos existenciales” entre dientes, más notoriamente ubicados entre los incisivos centrales superiores. Estas brechas pueden deberse a discrepancias en el tamaño dentario, frenillos hipertróficos o incluso a la pérdida prematura de piezas temporales.
¿Cómo ayudan los brackets?
Los brackets, con su elegante capacidad para mover dientes como piezas en un tablero de ajedrez, cierran los diastemas al redistribuir las fuerzas. ¿El resultado? Una sonrisa armónica que parece decir: “finalmente, en mi lugar”.
¿Qué es?
La protrusión dental, esa condición que otorga a algunos una “sonrisa prominente”, se da cuando los dientes superiores sobresalen marcadamente. Puede ser consecuencia de herencia genética o de hábitos como chuparse el dedo, que persisten en la infancia.
¿Cómo ayudan los brackets?
La ortodoncia aborda esta condición aplicando presión sostenida para retroceder las piezas dentales al plano ideal. Este enfoque restaura no solo la estética, sino también la funcionalidad, con implicaciones positivas incluso para la autoestima del paciente.
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Una vez que se retiran los brackets, se inicia la confección de retenedores para asegurar que los dientes mantengan su posición adecuada.
Existen dos tipos de retenedores: fijos, que se adhieren permanentemente a los dientes, y removibles, diseñados a medida para cada paciente según las indicaciones del ortodoncista.
En algunos casos, puede ser necesario realizar un blanqueamiento dental para eliminar diferencias de coloración provocadas por el uso de brackets.
Después del tratamiento, es fundamental programar visitas periódicas para realizar limpiezas, evaluar la evolución bucal y garantizar la salud y estética de tu sonrisa.
Para mantener una sonrisa sana y en perfecto estado, es esencial asistir regularmente a tus citas, seguir las recomendaciones de tu ortodoncista y cuidar tu salud bucal de manera continua.
Bueno, mira, el tiempo que vas a tener los brackets depende de cómo están tus dientes y lo que se necesite para ponerlos en su lugar. Generalmente, andamos hablando de entre 18 meses y 3 años, pero no te emociones mucho con eso, porque tu ortodoncista puede decirte algo diferente según tu caso. Así que, básicamente, si tienes una boca rebelde, el proceso puede alargarse.
Cuando te los ponen o te los ajustan, puede que sientas como si alguien estuviera organizando una mudanza en tu boca. Es algo normal, porque tus dientes se están moviendo. Por suerte, el dolor suele ser leve y dura solo unos días. Si es muy incómodo, siempre puedes tomar un analgésico de venta libre. Pero si el dolor se pone dramático o no se va, llama a tu ortodoncista; no somos héroes para sufrir sin necesidad.
Primero, respira. No es el fin del mundo. Llama a la clínica y explica qué pasó. Ellos te dirán si necesitas ir para que te lo arreglen. Mientras tanto, guarda el bracket en un lugar seguro y no intentes ser un «manitas» dental, porque podrías empeorar las cosas. Esto no es un experimento de ciencia casera.
Sí, y no es negociable. Los retenedores son los héroes no reconocidos que mantienen tus dientes en su nueva posición. Sin ellos, tus dientes podrían decidir hacer una fiesta y regresar a donde estaban antes. Así que, hazle caso a tu ortodoncista y úsalos como te indique.
La verdad, esto varía. Algunos pacientes notan cambios en unas semanas, otros necesitan más paciencia. Es como cuando plantas un árbol: no ves el crecimiento al día siguiente, pero un día te despiertas y ¡bam!, ahí está. Eso sí, mientras más sigas las instrucciones de tu ortodoncista, más rápido verás resultados. Así que, ¡a ser constante!
