Las carillas de zirconio son una innovación de élite en la odontología estética, diseñadas con óxido de zirconio, un material cerámico cuya resistencia y durabilidad son, honestamente, casi exageradas.
Este material no solo es fuerte, sino que también tiene la capacidad de mimetizarse con la apariencia natural de los dientes, lo cual, seamos sinceros, es una proeza en sí misma.
Estas carillas son la solución perfecta para quienes buscan mejorar casi todo lo que no les gusta de sus dientes: forma, tamaño, color o posición. Con un grosor tan fino como 0,3 mm que, dicho sea de paso, es menos que el espesor de un sobre de papel—, se colocan sin tallar el diente.
Es decir, se ahorra uno ese temido “zumbido de torno” que a tantos aterra. Sin dolor y con resultados estéticos impecables: ¿qué más se puede pedir?